Buscar este blog

lunes, 19 de diciembre de 2011

PATRICIA KRAUS






Hola Carmen:
es lunes, para mí como si fuera domingo, ya sabes que sigo con este horario caótico y que cada día me cuesta un poco más...

Te quería contar, entre mil cosas más, que estuve escuchando a Patricia el otro día en Avilés.

Hacía tanto tiempo que no nos veíamos, y tenía tantas ganas de escucharla, que nos fuimos Dani, Itziar y yo, y nos quedamos tan encantados que tenía que compartirlo contigo.

Patricia forma parte de una época de mi vida que fue muy divertida y a la vez muy interesante.

Teníamos amig@s en común, y una noche, en la inauguración de un bar que abría Beatriz Carvajal en Madrid, creo que se llamaba  "El Corazón loco" o algo así, Patricia se acercó a la cabina de Eugenia, aquella mujer que pinchaba como nadie, y enchufó los auriculares para que le sirviera de micrófono improvisado, y se arrancó a cantar con aquella voz que todavía tengo grabada en mi memoria.

El otro día en Avilés fue maravilloso. Gracias a Béznar, el incasable Béznar, Carmen que sigue programando, que es un héroe, yo no sé como resiste, es admirable.

Otro día te dejo más enlaces para que vayas escuchando este repertorio que tiene ahora tan exquisito, tan elegante, tan precioso. Es de lo mejor que he escuchado en mucho tiempo. Qué maravilla¡¡¡

Siempre que veo a Patricia siento que me une a ella la pérdida de su madre y de mi padre, coincidente en fechas, y que sufrimos con un paralelismo que el destino nos tenía guardado, y que se ha convertido en una silenciosa complicidad que siento cada vez que nos reencontramos.

La de su padre fue una ausencia anunciada, llena de pena y amor.

Sé de quien ha heredado esa voz y ese arte, pero tengo que preguntarle de quien es esa risa tan estupenda que tiene, que escuchando a su hermana reconocí la misma medio carcajada, y ya sabes que a mí la risa me da media vida.

Pues que quería contártelo, y contarte que en momentos en los que desfallezco un poco, aparece ante mí un recital como el de Patricia, y me entran unas ganas de ir corriendo a la Catedral, arrojarme sobre las frías baldosas de su suelo...e implorar a Dios que me toque la lotería el jueves... y traerla a La Santa otra vez....... y hacer una gran fiesta con todas las amigas y amigos de aquella época en la que nos reímos tanto.

Y después, venir a este blog, y contártelo....como siempre¡¡¡¡